sábado, 25 de febrero de 2012

Desnutrición y malnutrición




El Consenso de Copenhague es un proyecto iniciado en el 2004. Se interesa particularmente en los esfuerzos de la comunidad internacional para resolver los desafíos globales más importantes. La pregunta que trata de responder cada cuatro años es: en un contexto de recursos económicos limitados, ¿cuáles son las prioridades en los que deben concentrarse los esfuerzos? 

En el 2008 se realizó el segundo Consenso, con el objetivo de establecer prioridades entre una serie de propuestas confrontando diez grandes desafíos globales: conflictos, enfermedades, Educación, calentamiento global, hambre y malnutrición, agua y sanidad, subsidios y barreras comerciales, terrorismo, mujer y desarrollo. Un panel de ocho de los economistas más reconocidos mundialmente, entre ellos varios premios Nobel, establecieron las prioridades basándose en 30 estudios que proponían otras tantas soluciones. El criterio era la mejor relación costo/beneficio. Los resultados no dejaron lugar a dudas: entre las 10 propuestas de solución priorizadas, cinco se refieren a la malnutrición: enfrentar la malnutrición tiene beneficios extraordinarios comparados con los costos.


Las soluciones propuestas para reducir la malnutrición fueron: suplementos de micronutrientes (vitamina A y zinc), fortificación de micronutrientes (hierro y sal yodada), biofortificación (mejoras en la agricultura a través de investigación y desarrollo), desparasitación y campañas sobre Educación nutricional.

The Economist, en su última edición, informa que además de los mil millones de desnutridos (déficits en el consumo de calorías) en el mundo, hay mil millones más de malnutridos (déficits en micronutrientes) y otros mil millones de obesos (malnutridos por exceso de consumo). En total, tres mil millones de personas –el 43% de la población mundial- no están debidamente alimentadas.

¿Cómo estamos en el Perú?

Según un reciente informe de la ONG Save the Children, el 24% de los niños peruanos están desnutridos. En ciertas zonas rurales llega al 73%, como ocurre en algunos distritos de Huancavelica. Un informe del Programa mundial de Alimentos (PMA), muestra que, en el 2010, el 46.2% de los niños de 6 a 36 meses de edad en las áreas urbanas eran anémicos, proporción que se eleva a 57.5% en las áreas rurales. En cuanto a la obesidad, según la OPS en el Perú más de la mitad de la población adulta y uno de cada cinco niños menores de 10 años sufre de sobrepeso y obesidad. 

Estos porcentajes son inaceptables, menos en un país cuya tasa de crecimiento económico ha sido –y continúa siéndolo- uno de los más altos del mundo.



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