martes, 16 de octubre de 2012

Editorial: La Revista Agraria: 25 años de información, de análisis y de compromiso


Editorial escrita por Fernando Eguren (CEPES)  para La Revista Agraria 

En 1987 —hace ya un cuarto de siglo—, el CEPES decidió iniciar una publicación mensual sobre la cuestión agraria. El campo estaba agitado. Habían pasado unos pocos años desde la reforma agraria, Sendero Luminoso sembraba el campo de violencia, y los primeros signos del desastre económico causado por el gobierno aprista ya eran aparentes. Era oportuna y necesaria una publicación que informase y analizase lo que ocurría en el campo y que asumiese los puntos de vista de la población rural. Las principales víctimas de la violencia eran los campesinos y las comunidades. De otras maneras, también campesinos y comunidades eran víctimas de la indolencia de las políticas gubernamentales.


Así nació Alerta Agrario, que durante once años y a través de 127 números informó, analizó y opinó sobre las políticas del sector, el desempeño económico de la agricultura y el movimiento social en el campo. En 1999, el CEPES acordó cambiar el formato y darle un nuevo nombre, La Revista Agraria, cuyo número 144 tiene usted, estimado lector, entre sus manos. Este año cumplimos un cuarto de siglo de aparición ininterrumpida y de difusión nacional, siempre con La República, diario con el que tenemos total independencia y, al mismo tiempo, gran y fraterna afinidad.  

Nunca pretendimos que La Revista Agraria fuese neutral; sí, que fuese veraz, equilibrada y honesta. El CEPES tiene una posición tomada desde siempre.

¿De qué discrepamos? Discrepamos de las políticas agrarias que persisten en consolidar una modernización del campo sobre la base de la reconstrucción de latifundios, que corresponden a un modelo de desarrollo económica y socialmente excluyente. Discrepamos de las políticas públicas que otorgan inmensos subsidios a estos latifundios, cuando al mismo tiempo escatima el apoyo a los millones de agricultores y campesinos que alimentan el país. Discrepamos de las políticas sesgadas hacia las industrias extractivas que depredan los recursos naturales y someten a las poblaciones.

¿A qué aspiramos? Aspiramos a una sociedad cada vez más democrática, sin discriminación, en la que, como ciudadanos, todos tengamos los mismos derechos y obligaciones y reconozcamos y respetemos también nuestras diferencias. Deseamos un desarrollo económico que no sea depredador, que tenga como principales objetivos la elevación de la calidad de vida de toda la población y la sostenibilidad de los recursos naturales. Deseamos un desarrollo rural que erradique la miseria del campo y garantice el derecho de comunidades campesinas y nativas a los recursos naturales que poseen y de los que dependen.  

No pretendemos, estimado lector, que usted suscriba todos nuestros planteamientos y opciones. Queremos, sí, que reconozca la validez de nuestra misión, de la que nos sentimos orgullosos.

Editorial: La Revista Agraria: 25 años de información, de análisis y de compromiso

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