Recordarán los lectores que la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable para Niños, Niñas y Adolescentes —Ley 30021, aprobada en mayo de 2013— estipulaba que los criterios para diferenciar los alimentos saludables de los no saludables debían ser propuestos por una comisión ad hoc del Ministerio de Salud (Minsa) y respetar los parámetros técnicos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre los niveles adecuados de consumo de azúcares, grasas y sodio de una dieta sana. Pero la propuesta de parámetros técnicos de la comisión, difundidos en abril pasado, no solo rebasó con amplitud los plazos establecidos por la ley, sino que los parámetros que contiene exceden largamente las recomendaciones de la OMS2. Las críticas de instituciones y especialistas han sido inmediatas.