viernes, 1 de junio de 2012

«La concentración de la tierra es parte de un modelo excluyente»



En el hemiciclo ‘Raúl Porras Barrenechea’ del Congreso se desarrolló una audiencia pública que puso nuevamente en debate un tema sensible para el país: limitar o no la propiedad de la tierra en el Perú.

La audiencia, «Límites a la propiedad de la tierra», fue organizada por el congresista liberteño y presidente de la Comisión Agraria, José León Rivera, el pasado 16 de febrero, donde participó Fernando Eguren, presidente del CEPES.

La revista SOMOS NORTE, hizo un resumen de la exposición de Fernando Eguren, que presentamos a continuación:



El presidente del Centro Peruano de Estudios (Cepes), Fernando Eguren López, dijo: «No he leído a Santo Tomás, pero estoy de acuerdo con las sugerencias del doctor Bullard. Efectivamente, ¿cuál es la relación del costo-beneficio de un proyecto de ley de esta naturaleza? «Al inicio de esta sesión nos decía el presidente del Congreso que en las tierras de Olmos que se está vendiendo a un precio base de US$ 4,250, en realidad vale US$ 20,000, y que el Estado está subsidiando con US$ 15,750 por hectárea.

«Un grupo económico ha comprado 15 mil hectáreas, entonces, multiplicadas por US$ 15,750 nos da un subsidio de US$ 236’250,000. Por supuesto que hay que hacer una relación de costo-beneficio: económico, social, político, ambiental, etc. Hay interés del presidente Humala, hay dos propuestas de dos congresistas; o sea, está puesto sobre el tapete el tema de las limitaciones a la propiedad que entiendo no solamente son al tamaño, son regulación del tamaño de la propiedad.

«No son muchos los inversionistas que tienen más de 10,000 ha, que es el límite mínimo de las dos propuestas de ley. Supongo que la mayor parte de asociados de AGAP, cuyo presidente hemos escuchado, deben estar por las 2 mil o 3.000 ha o para abajo. «Cualquier ley que se da no tiene efecto retroactivo. No creo que los que tienen 10 mil, 15 mil o 25,000 ha deban temer que van a ser afectados o expropiados. No hay las condiciones ni voluntad política de hacerlo. Sí creo que se trata de comprender que no se deben poner barreras a la inversión de la pequeña y mediana agricultura.

«Hay un tema de las tierras del Estado cuando son puestas en valor por inversión pública; o sea, la inversión que sale de los bolsillos de todos los contribuyentes. ¿Esas tierras deben ser adjudicadas a un grupo reducido de inversionistas nacionales o extranjeros? El Estado es el que pone las reglas de juego para esas tierras, no el mercado. Subsidios es una decisión política.

«Se ha creado una suerte de sentido común en los últimos años que lo único que puede ser competitivo a nivel mundial es lo grande. Si es así, demuéstrenlo con estudios comparativos. Que yo sepa no existen los estudios respectivos comparativos en el Perú. Sí existen en otras partes del mundo y dicen que la agricultura familiar, asociándose, combina mejor los factores de producción, y que la eficiencia y la tasa de ganancia de la agricultura grande la deben a un entorno político favorable.

«Hace muchos años (en Perú) hay un sesgo de inversión y de apoyo a cierto sector de agricultura, mientras se escatima el apoyo a la mediana y pequeña agricultura. «Entre la muy grande agricultura de 10 mil, 20 mil o 30,000 ha, y 5 hectáreas en la costa, que no es minifundio, hay centenares de miles de empresas o posibles empresas de agricultores que podrían beneficiarse de los US$ 236 millones que están yendo a un comprador de las tierras de Olmos y construir un agro y una sociedad rural diferente, en la cual las tierras estén mejor distribuidas, porque lo que estamos discutiendo tiene una dimensión de inclusión.

«Tener concentrada la tierra es parte de un modelo excluyente. Si se trata de seguir una propuesta de desarrollo incluyente, no es solamente crear empleo, porque el empleo también lo crea la pequeña y la mediana empresa. En el caso de tierras es tener la posibilidad de acceder al principal activo productivo que es la tierra y el agua. «Está en poder del Estado orientar la utilización de los suelos para producir cierto tipo de cultivos. Siempre lo ha hecho, lo está haciendo ahora y quedan más de 200 mil hectáreas en la costa por ganar sobre tierras fiscales. El Estado debe estimular la producción de alimentos en esas áreas.

«Hay que esperar los resultados del censo para avanzar en el debate, van a estar en el primer semestre del próximo año. «Yo he hecho un ensayo de comparación de qué tamaño eran las haciendas antes de la Reforma Agraria. Junté las haciendas que habían en el valle Huaral, es un valle de 25 o 26 mil hectáreas, y las 16 haciendas juntas sumaban 15,500 hectáreas. Hoy día sólo el grupo Maple tiene casi lo que 16 haciendas tenían en Huaral; o sea, la gran propiedad (de hoy) es más grande que la gran propiedad de antes de la Reforma Agraria en la década del 60.

«No es lo mismo una hectárea de cultivo bajo riego en la costa, que una de secano en la sierra con pastos naturales. Una hectárea bajo riego en la costa tiene la significación económica de 97.2 hectáreas de pastos en la sierra.

«La mayor parte de tierras de las comunidades campesinas son de pastos naturales. Entonces, si decimos el conjunto de comunidades campesinas tiene 14 millones de hectáreas de pastos naturales, su equivalencia son 140 mil hectáreas, para 3 millones de personas hacia arriba.

«En cuando a la regulación de la propiedad hay varias opciones que pueden ser complementarias, una de las propuestas de ley establece límites al tamaño. No sabemos todavía cuál va a ser la propuesta del Poder Ejecutivo, pero la fijación tiene que adecuarse a diferentes calidades de suelos y características de las zonas, etc. No puede ser un número nada más.

«El tema del impuesto a la tierra. Uno puede decir a partir de cierto tamaño se aplicará impuestos a la tierra y la idea ahí seria desincentivar la concentración de la propiedad, no de expropiar, y eso ocurre en muchos países.

«Uno puede decir a partir de cierto tamaño que paguen el 30% de impuesto a la renta, porque sigue habiendo un subsidio oculto, el de seguir pagando un 15%, ley que originalmente fue para promover las inversiones, pero las normas son temporales y si estamos jugando a la competitividad internacional, que las reglas sean comunes para todos.

«Hay que hacer una ley de tierras más amplia, que considere cuestiones ambientales, etc. No es solamente el tamaño de la propiedad. «El mercado internacional se ha vuelto muy inestable, con precios que tienden al alza. ¿Cuáles son las decisiones para encarar el desafío de la seguridad alimentaria en 10 años más?».

Publicado en la revista SOMOS NORTE - Edición 208 - abril 2012

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