viernes, 3 de octubre de 2014

Editorial:Elecciones estratégicas en las municipalidades distritales rurales


Oficialmente, el 71% de los distritos en el Perú son rurales: 1,303, sobre un total de 1,840. El próximo cinco de octubre se elegirán 1,303 alcaldes distritales rurales (entre nuevos y reelegidos), quienes serán las autoridades estatales más cercanas a la población rural. En su mayor parte, pertenecerán a agrupaciones políticas departamentales o locales, sin vinculación con los partidos nacionales.


El papel de las municipalidades distritales rurales es crucial para el desarrollo agrícola. Debido a la gran diversidad geográfica y climática, las características específicas de los territorios del país varían mucho, a veces en distancias muy cortas. Una manera de mirar el Perú es observarlo como un archipiélago de territorios diferenciados, en particular en la sierra, donde los Andes determinan nichos ecológicos y zonas de vida muy diversos, aun en áreas próximas. El adecuado uso de los recursos naturales de estas zonas diferenciadas requiere un conocimiento preciso de su complejidad, conocimiento que se ha ido acumulando y transmitiendo, por generaciones, en las poblaciones de las comunidades campesinas y nativas.

La inmensa biodiversidad —recientemente «descubierta» por las poblaciones urbanas a raíz del boom gastronómico— es, en buena medida, el resultado de una relación sinérgica de los pobladores rurales con la naturaleza. Los mayores impactos del cambio climático los sufrirá la agricultura —y los agricultores—, y la capacidad de adaptación a las modificaciones de la temperatura, a la frecuencia e intensidad de las lluvias y a la aparición de nuevas enfermedades, dependerá en gran parte de esos conocimientos detallados de la diversidad local.

Sin embargo, la velocidad y la escala del cambio climático —y la incertidumbre que provoca— desbordarán la capacidad de adaptación de los campesinos y las poblaciones nativas a las nuevas condiciones productivas, si es que no reciben apoyo externo, y este no puede venir sino del Estado, en sus distintos niveles.

Es aquí donde los municipios rurales tienen que cumplir un papel importante y asumir como una responsabilidad el apoyo, con recursos económicos y de otro tipo, a las poblaciones rurales de su ámbito. Finalmente, son estas las proveedoras de alimentos, quienes dan más empleo y sostienen las economías locales. Ello implica incorporar en las agendas políticas de los municipios, en un lugar destacado, la necesidad de promover la capacidad de adaptación al cambio climático, lo que va más allá de las tradicionales inversiones en infraestructura rural.

Los programas diseñados a nivel nacional difícilmente podrán dar cuenta de la gran heterogeneidad de desafíos a nivel local, por lo que el papel de los municipios distritales es estratégico. Solo hay que esperar que las nuevas autoridades asuman seriamente estas nuevas responsabilidades.

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